Mi cabeza comenzó a girar y de un momento a otro estaba en otra época, mi padre estaba sentado en el sillón y mi madre lloraba a su lado – vete – dijo murmurando y yo quise hacerme la desentendida – vete! – Grito y mi mundo entero se vino abajo - Vete, que para mí y tu madre desde hoy estas muerta! – La mirada de mi madre me hacía sentir que estaba conmigo, pero no, se quedaba al lado de mi padre y yo salía por aquella enorme puerta dejando atrás una vida, mis recuerdos, mis pertenencias, pero nada era mío, la calle no ofrece abrigo cuando tu padre se encarga de que nadie te cobije, camine por horas recorrí tantos kilómetros como lagrimas salieron de mi hasta que llegue a un parque, me protegí con lo único que tenia, mis manos, mis uñas, mis dientes, solo yo me pertenecía y sentía que de a poco me estaba perdiendo, no se cuando deambule, no sé en qué momento me perdí, pero lo último que recuerdo de aquella vida es a Gustavo tendiéndome una mano – Hayal Majlis? – pregunto y yo ya no s