Desde Cero VI

- Pase! 

la puerta se abrió y me fue imposible no tener la sonrisa que tenia, como si mi rostro se hubiese vuelto de yeso, por más seria que me ponía la sonrisa volvía, mire a Abril y estaba igual que yo, movió su cabeza en negativa intentando no sonreír, pero no sirvió de mucho.


- Entonces ya se vieron! Abril, Hayal volvió de su auto-exilio - Gustavo entro con tal gracia que no se dio cuenta de que algo pasaba

- Debiste decirlo antes, no ahora

- Lo siento hermanita, pero tu jefa es la que manda

- Si claro! - dijo camino a la puerta - hablamos después? - me pregunto sonriendo

- Bueno - respondí intentando una vez más bajar la sonrisa. Imposible.

- Ya.

- Ya qué? - pregunte a Gustavo que se sentaba sobre mi escritorio mientras se hacia tronar sus dedos

- Tan rápido cayó en tus redes?

- Nada que ver

- Si claro, engrupete sola que a mi no me engrupes

Mi gran sonrisa no hacia más que confirmarle lo que fuese que estaba pensando.

- Viste! 


- La amo Gus, la amo tanto que no se como lo soporto


- Me parece bien, bastante  que te demoraste en asumirlo


- Si se, pero ya todo estará mejor


- Va a terminar con Vivi? - Esa era una pregunta de la cual no tenia respuesta, mi corazón decía que si a gritos, pero en el fondo sabia que las cosas no serian tan fáciles


- eso espero.


Espere toda la santa tarde a que Abril pasara por mi oficina, me ocupe en tantas cosas como pude para no pensar en el porque de su ausencia, para dejar de darme ideas, pero ya era hora de marcharnos y probablemente Abril había desaparecido


- Pamela...


- Dime


- Abril, se fue ya?


- Si, hace media hora


- Sola?


- No, con la señorita Viviana


- Gracias.


Aquello era como un balde de agua fría, definitivamente las cosas no serian como yo pensaba, tome mis cosas y me fui, necesitaba caminar, despejarme, el ruido de la ciudad me aterraba, que ganas de oír el mar, el viento golpeando fuerte en mi oído y las aves que suelen trinar, me sentí ausente, como si no estuviese en ningún lugar y yo misma me extrañase, me senté en una plaza y cerré mis ojos esperando oír a Camila gritar "Muchacha loca vamos a caminar" como siempre lo hacia cuando me veía llorar. 


No me sentía muy diferente de cuando me fui, quería hablar con ella, quería mi oportunidad.


- Donde estas? - dice Gustavo al otro lado de la linea


- Caminando


- A donde?


- Por ahí


- Ah! te brota la simpatía a ti


- No ando de ánimos


- Te iba a decir que pasaba por ti para ir al super, no hay nada en casa y vendrá Edu a cenar, te quiere conocer


- Pasa a buscarme a la plaza que esta cerca de la tienda


- Dame cinco minutos


- Tomate diez


Al final se demoro veinte, agradecí esos veinte minutos extra, no podía sentirme así, no había viajado tanto para venir a sentirme así, Abril iba a estar conmigo tarde o temprano y la hora de ser paciente había llegado.


- Que vas a cocinar?


- No se, sabes que me carga cocinar


- para que planeas una cena entonces


- por que tu me vas a ayudar


- Lo sospeche


Nos paseamos por todos los pasillos del enorme supermercado, íbamos con dos carros, porque a Gustavo se le ocurrió hacer las compras del mes, eramos solo dos personas y compraba comida para un regimiento completo.


- Mierda - exclamo Gustavo de la nada


- Que te paso 


- No mires pero en el otro pasillo esta Abril y Viviana


- Mentira... - dije intentando no creerle y mirando inevitablemente, encontrándome de golpe con la imagen de ambas besándose


- te dije que no miraras! - solo pude sonreír, irónicamente tenia que enfrentar la realidad - de que te ríes?


- Yo sabia que esto iba a ser así, sobre todo si estaba con alguien, nada es fácil en esta vida 


- Y eso significa que no te duele?


- Al contrario, creo que duele aun más


- Viviana me vio, vienen para acá


- Que vengan - dije mientras buscaba la fecha de vencimiento de una salsa picante.


Por más que fuese irritante su voz no podía hacer como que no a oía, alce mi cabeza y mire a Abrir mirando cualquier cosa fuera del alcance de mis ojos, salude a Viviana siendo tan cínica como ella lo era, aunque yo lo disimulaba mejor.


- Abril, ahora que nos encontramos necesito que pases mañana por casa, tengo que discutir algo contigo - dijo Gustavo, ni yo sabia que era ese "algo"


- Mañana nos vamos de viaje, no le contaste? - Y a quien le pidieron permiso para faltar al trabajo? mi cabeza discutía sola.


- Y a donde si se puede saber? - pregunto Gustavo


- Planificamos las vacaciones para esta semana, nos vamos al sur por unos días - Respondió una vez más Viviana, parecía que Abril había perdido su capacidad de hablar.


- Entonces, anda hoy - dijo Gustavo y mi mirada de querer matarlo fue instantánea - ah! hoy no puedo


- Porque? - pregunto Abril, mirando directamente a Gustavo


- Tenemos una cena 


- Entonces tendrá que esperar hasta que volvamos - dijo ella una vez más, mientras mi mirada la recorría completa y ella lo notaba sin mirarme


- Vengan a la cena - dije a pesar de lo que quería - están invitadas, no es nada formal, Gustavo me iba a presentar a su novio, pero pueden venir y así ustedes planifican todo - dije dejando la salsa picante en el carro y avanzando sin siquiera decir "hasta más tarde" pero en ese momento no se si me dolía más que se fueran de vacaciones o que me ignorara por completo después de aquel encuentro en mi oficina.


- Oye espera! - dijo Gustavo alcanzándome


- van a venir?


- Si.


Aquello bastaba, mi silencio era tan denso que llenaba los espacios vacíos entre Gustavo y yo, pagamos y nos fuimos a casa, la sensación del nudo en la garganta era una realidad, la vida nunca había sido fácil para mi, porque tenia que empezar a serlo ahora, cierto?


- Porque las invitaste? - pregunto Gustavo al fin rompiendo el silencio que reinaba en casa


- porque no hacerlo?


- Que pasa?


- No lo se, por ahora preparemos todo esto y que acabe de una vez, pero quizás Gus... nada, creo que mi cabeza va a explotar


- Ella te ama Hayal.


- No estoy tan segura de eso


- Qué te hace pensar lo contrario


- Todo.


Y mi todo era tan contundente, que lo podía sentir en cada espacio de mi cuerpo, aun así, la esperanza de que mi pesimismo fuese el que reinase y no la realidad que me dejaba respirar en cierto modo con paz; Gracias al cielo el primero en llegar fue Eduardo, conectamos de inmediato, debo decir que tiene un carácter muy parecido al mio y su humor para que decir, después de media hora hablando ya nos conocíamos perfectamente, a pesar de la cara de disgusto de Gus que me la traspaso a penas sonó el timbre y desaparecí por un instante del comedor, no tenia ganas de recibir a la pareja feliz.


- Preciosa necesitas ayuda? - Dijo asomando su cabeza por la cocina


- Edu, tu amas a Gustavo?


- Te podría responder eso Hayal, pero creo que el debe ser el primero en oírlo 


- Cierto - respondí con una gran sonrisa, su respuesta era más que correcta


- Y tu se lo haz dicho?


- Que cosa?


- Que la amas - dijo con certeza, mis ojos se cruzaron con el piso casi con vergüenza.


- No lo suficiente, creo, quizás empecé muy tarde a decirlo.


- Por la forma en que entro buscándote, no creo que sea tarde, mucho menos deberías rendirte


. No es que me este rindiendo, pero ella lo sabe, ella sintió lo mismo que yo y... Edu por que estoy hablando esto contigo?


- Por que necesitabas decirlo, se te nota en la cara, Gustavo me dijo que te cuesta abrirte

- Es su hermana, obvio que me cuesta


- Permiso - dijo atravesando la cocina como si nada pasara, me miro casi de reojo y me costo encontrar su mirada, Edu se sirvió una copa de vino y nos dejo ahí, sin decir nada, si hubiese visto sus ojos hubiese adivinado lo que estaba a punto de decir, pero no los vi.


- No puedo - dijo afirmada en un mueble, mirando el piso, a un metro de mi


- Que no puedes? - pregunte como si no supiera la respuesta


- Hacerle esto, no puedo, lo siento Hayal, créeme que lo siento


- Te vas de vacaciones - dije obviando lo que me acababa de decir


- Hayal, no me estas escuchando


- Si lo hago


- No me dirás nada - Una vez más busque su mirada y no la encontré, camine rozando con mis dedos el mueble que sostenía su cuerpo, lentamente casi con miedo de que escapara, pero no quería escapar.


Alcance con mi mano su mano, moví sus dedos y los acomode entre los míos, aun así no me miro, me acerque a su oído y me controle para no intentar besar su cuello.


- Te diré que cuando tus motivos sean que no me amas y puedas mirarme a los ojos sin esas ganas de besarme, ahí le tomare el peso a lo que me acabas de decir.


Solté su mano y ambas nos resistimos a hacerlo, pero uno de las dos debía soltar primero, no fue ella. Salí de la cocina y me encontré de golpe con la única persona que no quería tener cerca en este momento. 


- Disculpa - dijo sonriendo, pero mi cara de pocos amigos le quito la sonrisa de golpe, me senté en el sofá y le di una mirada a Gustavo para que me sirviera una copa de vino, Iba a perder? Nada esta pasando como tenia que pasar.


Nos sentamos a la mesa y evite mirarla, tampoco era que estuviese escapando de ella, si ni siquiera me quería mirar, El tema que menos me gustaba salia a relucir, pero Eduardo era quien preguntaba.


- Entonces Hayal, todo lo que tienes lo construiste de la nada?


- No de la nada, de mi esfuerzo obvio y sin Gus probablemente no habría logrado lo que he logrado 


- Pero si no te hubiesen echado de tu casa probablemente hoy serias heredera de un imperio 

- Viviana! - grito Abril intentando corregir lo imposible, Eduardo me miro sin entender, porque claro había obviado esa parte y es que nadie tenia porque saberlo y el hecho de que ella lo supiera arrastraba por el suelo cualquier sentimiento que tuviese en aquel momento.


- Disculpa Eduardo - dije levantándome de la mesa sin mirar a nadie


- Hayal espera - dijo Abril levantándose sin alejarse de su puesto


Mis oídos se cerraron al igual que todo en mi, salí a caminar y una vez más me encontraba deseando la isla, la gente, el aire que al respirarlo limpiaba mi alma, por qué le había contado eso si era tan. Mio.


- Te molesta si te acompaño? - pregunto Gustavo caminando a mi lado


- No


- Debo hacerlo en silencio?


- Si


Camino a mi lado por cuanta calle tuve por delante y habían muchas calles, hasta que tomo mi mano y me detuvo


- Podemos hablar ahora?


- No quiero hablar de eso una vez más en mi vida


- Si es necesario, porque tienes todo aquí, atorado y si sigues así, despertare un día y no vas a estar cerca, probablemente te vuelvas a ir


- Eso es lo que mejor hago, irme


- No digas eso


Me senté a le orilla de la calle, con los vehículos pasando por ella y Gustavo a mi lado


- Es lo que mejor me sale, pude haber rogado sabes...


- Que cosa?


- Quedarme, que me perdonara, que olvidara lo que sabia y ser su hija como siempre lo había sido


- Y entonces no estaríamos aquí hoy


- No me arrepiento de lo que hice, pero si duele que no me hayan buscado ni una sola vez, ni siquiera lo intentaron


- Y quien te dice que no lo hicieron, Hayal, tu padre movía una roca y sabia donde tu estabas 


- Por lo mismo, si el hubiese querido encontrarme


- Ya, entiendo


- Porque se lo contó a ella?


- No lo se


- Tu le habías contado a Eduardo?


- Porque se lo iba a contar, no es mi historia


- Ves, por qué lo hizo ella entonces


- No lo se Hayal, pero Abril esta sintiéndose pésimo ahora


- No lo creo, hubiese estado ella aquí y no tu


- Quiso venir, pero lo hice yo primero, hubiesen terminado peor de lo que ya están


- Y como estamos?


- Hayal, ni siquiera se miraron en la mesa, me di cuenta.


- Cuando se va de vacaciones?


- Mañana


- Bien.


- Tan rápido tiraste la toalla por ella?


- No lo he hecho, pero tampoco voy a perseguir algo que no quiere ser alcanzado.


- Hayal... 


- Deja que se me pase la rabia Gus


- Te dejo, pero no hagas ni digas algo de lo que te vas arrepentir después

- No lo voy a hacer, tranquilo.


Cuando volví a casa ya no estaban, Eduardo me entrego una copa y me sirvió vino, pasamos el resto de la noche conversando, recordando con Gustavo, escuchando y entre todo lo que conversábamos cada cierto rato me daba el tiempo de contemplar la imagen que colgaba de la pared donde estábamos ella Gustavo y yo, quizás era el vino que ya me estaba haciendo efecto, pero las ganas de ir a buscarla y rogarle que la dejara de una vez eran tan grandes como la culpa que sentía por no haberlo hecho años atrás, era mi culpa después de todo.


Salí de una reunión que duro exageradamente la mitad de mi vida, mi negocio se estaba expandiendo a pasos agigantados y aunque debería haber estado gozando de felicidad, no era el caso, me daba miedo el crecimiento, el éxito, por que con grandes cosas vienen grandes problemas, a pesar de todo, lo que peor me tenia era la extensión de vacaciones que solicitaron Viviana y Abril.


- Hayal, te están esperando en la oficina - Dijo Pamela mientras me acercaba a su escritorio.


- Quien? te dije que no quería ver a nadie 


- Si jefa, pero insistió y no fui capaz de decirle que se fuera.


- Como no fui capaz Pamela, que significa eso?


- Hayal, pasa a tu oficina por favor.


No entendía o no tenia cabeza para entender lo que estaba pasando, abrí la puerta con más rabia que curiosidad, para encontrarme con unos ojos negros enormes, enrojecidos e hinchados, por como caían sus lágrimas me imagine tantas cosas que antes de preguntar cualquier cosa corrí a abrazarla. Me parecía mentira poder abrazarla, una mezcla de sentimientos encontrados me invadía, por un lado estaba la alegría de que estuviese conmigo y por otro, el hecho de que estuviese ahí y así como estaba, significaba que algo andaba mal, no existía oportunidad para la alegría en ese caso.


- Oye, estas mejor?


- Un poco, te extrañaba tanto


- yo también cariño - dije abrazándola - pero que paso, tu papá? tu mamá? - pregunte cada vez más alterada


- Ellos están bien, lo que pasa... lo que pasó...- intento decir rompiendo en llanto una vez más


- Cami, que pasó - dije marcando cada silaba de mi pregunta y cada vez más asustada


- Podemos salir de aquí? necesito aire, por favor


- Dame un minuto.


Salí de mi oficina y le pedí a Pamela que cancelara todo lo que tuviese pendiente para el día, que si surgían llamadas importantes me avisara al celular y que me tomaría el día siguiente por una urgencia familiar y claro, aun no sabia lo que le pasaba a Camila, pero si había viajado tantos kilómetros buscando ayuda, seguramente no era algo tan simple.


- Donde llegaste? ´


- me vine directo a tu oficina


- y tus cosas?


- No traje nada 


- Cami, saben en casa que estas acá? sabe Camilo?


- Mi papá fue el de la idea, probablemente a esta altura mamá ya lo sabe


- Por eso saliste así, ni siquiera tu morral Cami?


- Donde me llevas? - pregunto evadiendo el verdadero tema 


- A un lugar más familiar


- Siempre me llamo la atención la ciudad, este ambiente frío, donde no te reconocen en la calle por que son tantas personas que seria imposible


- Camila, que paso?


- Lleguemos donde sea que me estas llevando primero.


El viaje lo hice lento, Camila miraba todo como si saliera a la calle por primera vez en su vida; la imagine en su travesía para llegar hasta acá, en lo que le debe haber costado dejar su gente, su casa, su océano.


Llegamos a la playa y su mirada se torno brillante de pronto, caminamos hasta las rocas, nos sentamos lado a lado y comenzó a llorar, una vez más, lloro tanto que sin darme cuenta yo lloraba con ella.


- Camilo se metió con otra - dijo. Me ahogue con mi propia respiración - Mi mamá tampoco lo quería creer, yo no lo quería creer, pero cuando ves con tus propios ojos a la persona que más podías amar en el mundo entero, la que se suponía seria tu alma gemela, besar con las ganas que nunca te beso a ti a una tipa que tiene un cuerpo de modelo de televisión, que mide casi dos metros y tu nunca podrías competir con ella, ahí es cuando uno dice "se acabo"


- Hablaste con el? 


- Si, lo negó, una y otra vez lo negó, que no hiciera caso de cahuines


- Lo siento


- No quiero que lo sientas, Hayal, yo se que es mucho lo que te voy a pedir, pero yo podría quedarme contigo por unos días, solo hasta que consiga trabajo, no puedo volver.


- Cami... toda la vida te puedes quedar conmigo, y por trabajo ni te preocupes


- No sera toda la vida, yo puedo trabajar y conseguir algo por ahí.


- Cállate, ya veremos que hacemos.


La tarde entera se la dedique a ella, disfrutamos la playa, caminamos por el agua helada hasta que nos cansamos, yo era la más feliz de que estuviese conmigo, aunque sonara egoísta, aunque la estuviese pasando mal, nadie es insuperable.


Un día que no tuve nada, un buen amigo me tendió la mano sin esperar nada a cambio, los planes que tenia con Camila era mi de vuelta de mano a la vida.


- Gustavo!!! - grite cuando llegue a casa, quería que la conociera lo más pronto posible. - segura que no se molestara?


- no seas tonta, como se va a molestar


Gustavo salio de su pieza y por la ropa supo quien era Camila, no tuve que introducirlos, Gustavo lo hizo todo, le dio las gracias por cuidarme todo ese tiempo y le ofreció un lugar en casa, la pieza de Abril estaba disponible y camila se sintió como en casa.


Tres días pasaron de la llegada de Camila, para Gustavo ya era su mejor amiga, no habían diferencias de edad cuando se trataba de ella, parecía una vieja con sus aprensiones a la vida, todo lo pensaba tres veces y hablaba incluso con mucha más madurez que nosotros, pero de alguna forma tenia que sacarle su juventud y mis planes eran grandes.


- Donde se supone que vamos?


- Quiero que me acompañes a ver algo


- Que cosa


- Algo, impaciente


- Hayal, me vas a ayudar a buscar un trabajo? No me siento bien sin hacer algo


- Te tengo una proposición, pero primero lleguemos donde quiero ir


La noche anterior, Gustavo me había pedido que conversáramos a solas, Eduardo y el querían vivir juntos, "no te estoy echando me dijo" pero de alguna forma lo hacia y no lo culpaba por eso, era solo que me aterraba la idea de vivir sola, pero tenia claro que toda nueva pareja quiere su espacio y aquello me impulsaba a hacer lo que hacía tiempo debía.


-  Tengo que hacerte una propuesta - dije antes de entrar al edificio donde estaba el departamento que quería comprar - Que te parece que en vez de buscarte trabajo, te busque alguna universidad para que saques una carrera


- Una carrera?


- Si, estudiar, tener algo por que valerte por ti sola


- Pero yo no tengo para pagar una universidad Hayal - dijo girándose casi enojada


- Nadie te esta pidiendo que pagues, te estoy ofreciendo una ayuda


- Y tu me pagarías los estudios?


- Cami, una vez yo no tuve nada y Gustavo me impulso a hacer una carrera, a ser  alguien, yo quiero ofrecerte lo mismo a ti


- Pero, no se...


- Decídete, porque hay un piso arriba que estoy a punto de comprar y tu respuesta depende de eso


- Te compraras un departamento?


- Si, y hay un cuarto para ti, así que decídete, quieres estudiar?


- Pero Hayal, yo soy tan burra, que voy a estudiar


- Cami, manejabas como nadie las cuentas en tu casa, pareces una calculadora humana y organizabas todos los negocios de tus padres, como yo lo veo podrías estudiar administración de empresas, publicidad y hasta incluso Ingeniería comercial, eres capaz de eso y mucho más, pero claro es tu decisión, nunca hubo algo que quisieras ser cuando grande


- Si


- Ya eres grande Camila, que quieres ser?


- Doctora, siempre quise ser doctora


- medicina será entonces... claro es eso un si?


- Espero que mi cuarto tenga una buena vista - dijo sonrojándose


- La mejor Cami!


Basto una llamada para cerrar la venta y el departamento ya era mio, mantuve mi cabeza ocupada en todo esa semana menos en Abril, me dedique a decorar cada espacio con Camila, buscamos una Universidad y luego de una prueba la aceptaron, no fue difícil, era inteligente solo le faltaban oportunidades. 


Lo que se suponía que era un viaje de una semana se había alargado por tres, a diario pasaba por su oficina y me sentaba esperando verla entrar, sorprenderme con un "te extrañe" y dedicarme el mejor de los besos, pero eran solo sueños, tanto mal hice para merecerme esto? mi pensamiento recurrente.


- Hayal, cuantos años estuvo ella esperándote, sin pedir tu atención, tratando de olvidarte y tu te declaras y esperas que ella corra a tus brazos?


- Pero Cami, por lo mismo, fueron tantos años de dudas y confusiones, que lógico hubiese sido que dejáramos de perder el tiempo


- para ti, no para ella


- Quizás la ama más de lo que me amo a mi


- Quizás si, que harás en ese caso


- Emborracharme, llorar, no lo se, aceptarlo


- a veces hay que asumir que la persona que amas ya no te ama


- lo dices por el innombrable?


- si, por el, por ti.


El día Lunes llego y gracias a la eterna platica con Camila de la noche anterior, me había quedado dormida, llegue pasado las diez de la mañana a la oficina, con dolor de cabeza y malestar estomacal, cual niña chica Camila había querido comer helado a las dos de la madrugada, me fue imposible negarme y ahora pagaba las consecuencias, subí hasta mi piso y la mirada de Pamela era por dos cosas, o me tenia una sorpresa que no me gustaría o me quería matar por haber perdido la reunión de las nueve.


- Buenos días - dijo con una sonrisa burlona


- Que tienen de buenos? Pame, búscame lo más fuerte para el dolor de cabeza y que me hagan algún agua para el estomago por favor - le dije poniendo mis manos en señal de suplica


- Estuvo bueno el carrete jefa?


- Carrete de cabras chicas, hice pijamada - respondí riendo - no hace bien comer helado en la madrugada


- No es por echarle a perder más el día, pero la señorita Abril y Viviana ya estan en sus puestos de trabajo


- llegaron temprano? - dije intentando tragar mis palabras


- Si, quiere que llame a la señorita Abril?


- No, no es necesario, pero cuadra una reunión para esta tarde, hay mucho trabajo pendiente


- Bueno, que hago con la reunión de esta mañana?


- Planificala para dentro de la semana, no era tan urgente


- A la orden, ya le traigo la pastilla y el agua 


- Gracias Pame


- De nada Hayal


Pase la mañana intentando concentrarme en mis papeles, en el trabajo, pensé que podría haberme buscado ella, ni siquiera tenia que golpear la puerta, ella podía llegar y entrar, pero si ya no estaba aquí era por que no quería verme.


- Cami? - dije al oír un somnoliento "hola" al otro lado de la linea


- Sigues durmiendo! van a ser las una de la tarde floja


- Déjame aprovechar, me queda menos de una semana para entrar a la U, nunca habia dormido tanto en mi vida


- Creo que te he vuelto más floja


- es todo tu culpa Hayal


- Lo asumo, ahora levántate y ven a buscarme para almorzar


- Que paja, no quiero almorzar afuera


- Y que quieres?


- Yo paso a comprar y comemos en tu oficina?


- Y que compraras?


- Tranquila, no te preocupes que te va a gustar


- Oye..


- Que?


- Apúrate por favor


- Estas bien?


- No.


- Me apuro


- Trae comida para tres, para invitar a Pamela


- Bueno, me baño y salgo!


Salí para hablarle a Pamela y le prohibí salir a comer, esperando que fuese lo que fuese que iba a traer Camila, fuese rico.


En menos de una hora Camila ya estaba entrando al edificio, con un aroma en sus manos que podía sentir antes de que entrara a la oficina


- Cabra chica donde encontraste esto?


- Que no te importe, prepárate a disfrutar nada más 


Me parecía mentira lo que estaba por comer, si había algo que me gustaba de vivir con Camila en la Isla, eran las preparaciones de curanto y aunque este no era hecho un hoyo en la tierra, se asimilaba bastante, por una hora la estupidez de Camila nos hacia reir a pamela y a mi. Estaba tan rico que se me olvido el dolor de estomago que tenia, dolor que volvió levemente al terminar de comer


- No comeré hasta mañana - dije limpiando mis manos


- Comiste tanto Hayal - dijo Pamela riendo


- Esta come como sabañón 


Ahí estábamos las tres riendo con la expresión del siglo pasado de Camila, intentando limpiar el desorden de mi escritorio entre risas y disparates, pero como dicen por ahí, que cuando te ríes mucho puedes terminar llorando, la puerta se abrió sin previo aviso cuando esta dándole pequeños besos a Camila en la mejilla, como siempre lo hacia desde que teníamos la confianza y claro no podía ser otra que Abril la que entraba sin golpear a mi oficina.


- Perdón, puedo venir más tarde - dijo retrocediendo de inmediato y cerrando la puerta


Mi sonrisa se había borrado gradualmente, Camila y Pamela me miraban esperando un no se que de mi, pude haberla parado, decirle lo mucho que me alegraba volver a verla, pero claro eso era una mentira, porque nada me entristecía más que volver a verla, sin embargo hay tantas verdades que saben a mentira y muchas mentiras disfrazadas de verdades, no podía buscarla, no cuando entre ella y yo no había nada.


- No puedes decir que no hay nada cuando claramente hay algo enorme entre ustedes - dijo Camila reclamando mis escusas del porque no iba tras ella


- Retirare esto de aquí - dijo Pamela escapando de lo que se venia


- Tampoco es que viera algo, no hacia nada


- Si, pero ella no sabe quien soy yo, las cosas se pueden malinterpretar


- Como tu? malinterpretaste lo de Camilo?


- No, eso es diferente, yo se lo que vi y no trates de cambiarme el tema, aun estas a tiempo de recuperarla Hayal, no cometas el error de dejarla ir


- No la voy a obligar a estar a mi lado


- Eres más dura que una pata crua' Hayal, quédate con tu testarudez


- Te vas a ir?


- Si, voy a mandarle una carta a mi mamá 


- Te puedo acompañar?


- No tu tienes que trabajar, haz tus cosas tranquila


- eres tan antipática pendeja


- La única pendeja acá eres tu, tan grande, dueña de todo esto y te comportas peor que una niña


- Es que tu no entiendes Camila, no puedo buscar algo que no quiere ser encontrado!


- Esa frase la vengo escuchando hace rato, pero dime algo, cuando te echaron de tu casa, cuando te fuiste deseaste nunca más ver a tus padres cierto?


- Si


- Sin embargo...


- Sin embargo siempre quise que me buscaran


- Exacto, tu crees que yo no le hubiese dado una oportunidad a Camilo si me hubiese seguido para pedirme perdón?


- lo hubiese hecho?


- Ayer si, hoy ya es tarde. No dejes que sea tarde para ti igual.


No importaba que Camila tuviese razón, por que a pesar de todo, ella no estaba conmigo, estaba con otra y probablemente esa otra era a quien amaba, pero a pesar de todo, lo iba a intentar una vez más, por que no podía darme por vencida tan fácilmente, porque no quería que pasaran diez años más y me dijera "tu no lo intentaste" sino todo lo contrario.


La tarde avanzo y pronto la tendría frente a frente en la sala de reuniones, aunque fuese acompañada, aunque doliera la vida, la tendría al alcance de mis ojos y mientras esperaba que la hora pasase, mi cabeza culpaba a todo lo que no tenia sentido por necesitar amar, culpe a Dios, culpe a mi padre por hacerme creer que el amor existía, culpe a los malditos cuentos de hadas, por que ellos me enseñaron que solo se ama una vez de verdad en la vida y esa vez es para siempre; he amado tanto que creo que en un punto se me acabara, ame a Helena con todo mi ser, no hubo una parte de mi que no la amara, a pesar de que tuviese mil sentimientos ocultos por Abril, no significa que la ame menos, pero quizás signifique que puedo volver a amar... 


Entrar a esa sala de reuniones a sido una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer abrí la puerta y Viviana jugaba con los dedos de Abril sobre la mesa, me vi entrando en cámara lenta, vi su rostro cuando entre  y en ninguna facción de su cara vi alegría, sino lo contrario, vi tristeza.


- Hola Hayal - dijo Viviana con una sonrisa en su rostro


- Hola Viviana, que bueno tenerlas de vuelta, Hola abril - dije sin darle mi mirada, me dolía mirarla - Que tal el viaje? - pregunte por cordialidad, pero nunca me espere esa respuesta


- Maravilloso! - dijo Abril mirando fijamente a mis ojos, lo que estaban abiertos como dos platos a sus palabras - No sabes lo que son esos paisajes, el verde de los arboles, la cordillera, la costa, me hubiese quedado allá toda la vida, cierto mi amor? - preguntó... cierto mi amor, repetí en mi cabeza y si su intención era herirme lo estaba logrando con éxito


- Si, la verdad es que estas tres semanas fueron maravillosas, muchas gracias por aceptar extender las vacaciones, la verdad es que nos hicieron muy bien - complemento mirándola de la manera que yo debería mirarla.


- Bueno, me alegro de que la pasaran tan bien y de que disfrutaran tanto, ahora la razón por la que las llame es para que se pongan al día, para eso les dejo lo que he podido compilar en estos archivadores y como ya están adictas a esto de los viajes, hay dos que necesitan hacerse seguidos, uno nacional y otro internacional; están lo planes para abrir sucursal en México, pero necesito que se encarguen de su parte para saber si es viable cerrar el trato o no y antes de eso deben pasar por Santiago para que se de el visto bueno de la renovación de la tienda - termine de hablar intentando tomar aire aunque me faltaba mucho antes de comenzar a hablar.


- Nos quieres a ambas fuera? no seria mejor que fueras tu a México, es algo importante como para que nos envíes a nosotras


- Confío en ustedes, en que harán un buen trabajo, ahora me retiro por que termino mi horario de trabajo, nos vemos mañana - me despedí con un frío gesto de manos y salí lo más pronto de aquel lugar que parecía me estaba ahogando.


Entre a mi oficina y tan rápido como pude tome mis cosas y me fui sin siquiera decirle a pamela y es que no podía respirar, mucho menos podía hablar.


Obvie por completo que mi auto estaba en el estacionamiento, camine intentado encontrar paz, tome mi celular y le mande un mensaje a Camila, su respuesta fue inmediata "espérame en la plaza cerca de tu oficina" y cual niña le hice caso, no pasaron más de tres minutos y la vi aparecer, con dos batidos de fruta en sus manos, caminando sonriente hacia mi


- No vamos a llorar, sea lo que sea que te paso, ahora no vamos a llorar, respiremos unos minutos


Y así lo hice, respire tanto como pude, tanto que llegue a sentir como el oxígeno se iba colando por mis pulmones, tanto que en cada respiro me dolía un poco más todo.


- Estas mejor? 


- No


- Que paso?


- Que pensé que podía intentarlo una vez más pero como siempre me equivoque


Le explique todo lo que había pasado, le conté con detalles todo y sin embargo yo seguía siendo la culpable


- Esta celosa Hayal


- Se le notaba


- Debiste plantear el viaje a México como de ambas


- No para que, deben de estar en una eterna luna de miel, para que dañar lo que construyeron


- Llegas a ser enferma de lo testaruda que eres


Mi cabeza seguía en colisión múltiple mientras mi celular comenzaba a sonar 


- Es Gustavo, no quiero contestar


- Te va a volver a llamar


- Me da lo mismo


- Contesta Hayal! - mi negativa la llevo a tomar el celular - Gustavo Hayal no quiere hablar ahora, dice que te llama - por su mirada no fue necesario escuchar lo que decía Gustavo al otro lado del teléfono, aun así no quería oírlo.


- No quiero saber - dije cuando corto la llamada


- Abril te esta esperando en casa de Gustavo 


- Te dije que no quería saber


- Bueno, ya lo sabes, depende de ti si vas o no


- No iré, vamos a casa


- Hayal deja de ser tan testaruda


- Igual no iré.


Me levante y Camila camino a mi lado, volvimos por mi auto y nos fuimos al departamento, el viaje fue en silencio, la llegada fue en silencio, mi hogar era un absoluto silencio y a cada que miraba a Camila, ella solo movía su cabeza en señal de negativa, todo estaba mal.


- Cami


- Qué


- Dime algo


- Testaruda - se dio media vuelta y me dejo sola una vez más con mi silencio.


Camila tenia razón, cada espacio, cada hueso, cada trozo de piel me lo decía y podía oírlo tan claro, una vez más, seria capaz toda la vida de decir una vez más.


La mañana me trajo un aroma agradable, Camila preparaba café del verdadero, del negro y amargo que me encantaba


- A que se debe tu sonrisa? - pregunto Camila mientras me servia


- Ya sabrás - le dije tomando de mi café y preparándome para la ducha


- Esa mirada me da miedo Hayal, compórtate por favor


- Primero me alientas y luego me frenas, decídete Camila por favor!


- Sigue sin gustarme tu mirada.


Llegue a la oficina con una seriedad absoluta, le hice una seña a Pamela para que entrara a la oficina y que cerrara la puerta.


- A sus ordenes Jefa


- Hola Pame - dije cambiando mi cara para darle una sincera sonrisa


- Y eso?


- Reservaste los pasajes a Santiago?


- En eso estoy viendo los vuelos


- Ya, reserva el primer vuelo directo a Mexico en primera para mañana


- Para Viviana y Abril?


- No precisamente, para Abril y para mi


- Y eso?


- Cambio de planes Pame, un rotundo cambio de planes.


- Le informo a las afectadas en este caso?


- No, llámalas a mi oficina y pídeme un Latte de esos ricos de la tienda y el café que quieras para ti


- Gracias jefa


- y deja tu ironía afuera por fa


- Si jefa - insistiendo en su risa


No pasaron más de diez minutos cuando golpeaban mi puerta, Viviana entraba pero Abril no la seguía, la invite a tomar asiento mientras esperábamos a Abril, pero me dijo que estaba muy ocupada para atender a mi llamado, cosa que lejos de agradarme intervino en mi buen humor.


- Pamela, marca a la oficina de Abril por favor, dile que la necesito urgente


- De inmediato Jefa


- Y que pasa con mi café?


- Viene subiendo, en dos minutos está en su escritorio


- Gracias - respondí sentándome frente a Viviana sin siquiera mirarla, en cinco minutos mi café entraba tras Abril.


- Me mando a llamar señorita Hayal? - pregunto sin siquiera mirarme y sentándose al lado de su flamante novia, la sangre estaba a punto de hervir pero lo que tenia en mente me enfriaba.


- Si, te mande a llamar Abril - hice una pausa para darle  una probada a mi café - Hay un cambio de planes respecto a lo que les comunique


- A donde nos quieres enviar ahora? - pregunto tomando su cabeza, claramente estaba molesta.


La mire con ganas de haber estado solas y decirle todo lo que tenia atorado en la garganta, pero me contuve


- Anoche recibí una llamada importante desde México el proyecto esta en riesgo y la verdad es que no quiero que lo este, me necesitan urgente esta semana, por lo tanto Viviana, necesito que estés a más tardar pasado mañana en Santiago, mientras nosotras Abril viajamos esta noche a Santiago y por la mañana  a México.


- Es necesario que vaya yo? 


- Si Abril, es necesario, por que mientras que yo ande en reuniones tu debes hacer el estudio de la ubicación, zona, todo lo que tiene que ver con las campañas, etc.


- Ok, ok! - respondió resignada - Eso es todo?


- Si, Pamela les informara la hora de los vuelos en un rato y bueno, nos vemos esta noche


- Nos vemos


Abril salio como si se la llevara el diablo, mientras Viviana no emitió palabra alguna, no paso ni media hora y Gustavo hacia sonar mi celular.


- Gus


- Que pretendes Hayal


- Ganar terreno


- Tomando provecho de quien eres?


- Y quien soy Gustavo?


- Una pobre hueona rechazada - respondió riendo - Juega bien tus cartas Hayal


- Eso intento

- Por que según lo que me dijo Abril ayer, tienes mucho terreno perdido 


- Que te dijo?


- No te importa lo que me dijo, yo no le ando diciendo a ella lo que me dices tu


- Gracias "Amigo"


- De nada bonita, pórtate bien por esas tierras


- Cuídame a Camila mientras no estoy por favor.


- Si mi General


- General?


- Eso dijo Abril, que desde que regreso te haz comportado como un general dando ordenes sin preguntar


- No era que no me ibas a decir nada?


- Es que me dio tanta risa que no lo pude callar.


Me fui de la oficina antes de mi horario, Abril y Viviana ya se habían marchado, poco me importaba si lograba que Abril se convenciera que conmigo debía estar, no con ella.


El viaje a Santiago fue tan corto que ni siquiera me percate de su presencia a mi lado, claro si se subió y no pronuncio palabra alguna. Se despidieron a mi lado, como un par de enamoradas que no se verían en mucho tiempo y a pesar de que lo evite, era imposible no mirarlas, mi realidad era un asco en ese momento.


Hicimos el trasbordo, chocamos dos o tres veces en el avión y me di cuenta de dos cosas, la primera que el mínimo contacto hacia ella me hacia temblar y la segunda, que si realmente no le importaba este viaje seria un infierno.


- Cuanto dura este vuelo? - pregunto ya sentada evitando mirarme


- Nueve horas, un poco más, podrás aguantar tanto tiempo cerca mio? 


- Lo voy a intentar, pero no me queda de otra - respondió sacando un libro que no alcance a leer el nombre


- Que lees?


- Hayal, si vine a este viaje fue por que casi me obligaste, asumo que si no quería venir me hubieses despedido y ahora no puedo quedar sin trabajo, no vine para re conectar contigo ni nada por el estilo.


Aquellas palabras desataron aquel nudo que tenia en mi garganta, ya habíamos despegado hacia un rato y podía levantarme, ni siquiera le respondí a lo que me dijo, estaba claro que ya la había perdido, bueno, nunca la tuve.


- Señorita, seria posible cambiarme de asiento?


- No nos queda nada disponible en esta clase, disculpe


- Y en económica?


- Si, ahí tenemos, pero esta segura de querer cambiarse


- Si. - respondí casi sin poder hablar, si hubiese podido lanzarme ya del avión, lo habría hecho.


Saque una pastilla de dormir y no supe más de existencia alguna durante el viaje, desperté cuando la misma señorita que amablemente me había re ubicado, ahora tocaba mi hombro para avisarme que estábamos por aterrizar.


Baje, camine por un largo pasillo hasta que vi donde estaban las maletas, espere por Abril, sin siquiera mirarla espere, hasta que la sentí a mi lado. había sido bastante tiempo de pensar y no quería vivir un infierno.


- Jamas te hubiese despedido si no querías venir, te pido disculpas si utilice el trabajo para pasar un tiempo cerca de ti, lo siento, se que fue un error, puedo hacerlo sola, si quieres claro, ve hasta ese puesto - dije indicando sin mirarla - y pide que te cambien al vuelo próximo al país, no es necesario que te quedes.


En estos momentos yo quería cambiar mi pasaje e irme de vuelta al país.


- Hayal, no se trata de eso.


- Si, de eso se trata, se que a veces puedo ser testaruda, pero no te voy a obligar a estar aquí


- Y quien hará mi trabajo mientras estas en reuniones


- No te preocupes por eso


- Me preocupo, es mi trabajo


- No, tu trabajo sigue esperándote donde lo dejaste y te vuelvo a pedir disculpas, creo que me convertí en alguien que no quiero ser.


Tome mis maletas y camine buscando a quien vendría por nosotras supuestamente. No pude mirar a Abril, mirarla hubiese sido destruir mi corazón un poco más.


- Hayal puedes parar por favor


- Abril, esta todo cancelado, solo debes pedir que te cambien el pasaje


- Oye, para, siento haber dicho lo que dije, pero ya estamos acá y puedo hacer perfectamente bien mi trabajo.


En que momento deje de ver la verdad en sus ojos?


- Ok.


Se mantuvo a mi lado y podía sentir su mirada en mi, mientras esperábamos inútilmente a quien vendría por nosotras, persona que nunca llego.


- Hayal Majlis?


- Si?


- Hola, soy Flavia Montero, nos hemos comunicado por mail


- Flavia, hola un gusto! al fin llegas


- Mil disculpas, el chófer tuvo un pequeño accidente, pero nada grave, por eso estoy aquí

- Pues gracias por no dejarnos abandonadas, te presento a Abril, mi mano derecha en los negocios - Flavia estrecho su mano y nos invito a seguirla


- Reitero mis disculpas para con ustedes, esperaron tanto rato.

- No te preocupes Flavia, al menos sirvió para conocernos antes de tiempo 


- Pues claro, yo las dejare en el hotel, el mismo en el que me hospedo yo


- Ah, no eres de esta ciudad? - pregunto Abril


- No solo vine para tratar el negocio, estoy siempre de viajes de acá para allá, mi casa esta en Guadalajara, pero como mi padre siempre dice que casa hay una sola, siempre me hospedo en hoteles.


- Te gusta viajar?


- Me encanta, la verdad es que siempre me ha gustado, sino no podría tener este trabajo


- Conoces Chile Flavia? - pregunte y luego me sonroje - disculpa esto parece interrogatorio


- No, tranquila no me parece interrogatorio y si conozco algo de Chile


- Que parte conoces? - Pregunto Abril


- Isla de Pascua, fui hace años con una amiga de vacaciones


- Te gusto?


- Me encanto, la verdad es que me enamore del lugar en ese entonces


- Espero enamorarme de algo de tu país - dije mirando a la nada


Llegamos al hotel Flavia espero a que nos diéramos un baño para reunirnos en el salón y planificar todo, serian dos semanas llenas de reuniones, si todo salia como estaba planificado viajaríamos a la ciudad Natal de Flavia a encontrarnos con su padre para firmar el contrato, por ahora todo era incierto.


A la mañana siguiente todo se volvió complicado, ni siquiera nos vimos con Abril al desayuno, ella había salido antes que yo a encontrarse con las personas que Flavia había puesto a su disposición, mientras yo me lo pasaba de reunión en reunión con directivos y abogados revisando hasta el ultimo detalle, así fue hasta el fin de semana en donde todo se calmaba, en cuatro días solo había visto a Abril en el ascensor o en el pasillo en dirección a su habitación, había llegado al punto de entender que mi cabeza podía imaginar millones de cosas, pero la realidad siempre me daba de golpe en la cara.


- Hayal, después de esta semana tan cansadora mínimo una noche para liberar el stress no?


- No lo se Flavia, la verdad es que lo que más quiero es dormir


- Solo un par de horas, ándale ya en la mañana descansas, mira ahí viene Abril, a que ella si quiere - dijo apuntando a la mujer que me quitaba el sueño, mientras entraba al lobby del hotel, levanto su mano y le indico que nos acompañara


- Buenas noches - dijo Abril dándole la mano a Flavia y por cortesía a mi


- Abril, que te párese salir a dejar el stress a algún bar


- Uf! me parecería buenísimo, pero lamentablemente estoy a punto de llegar atrasada a una vídeo conferencia con mi novia, así que lo siento mucho - aquello me sentó como patada en el estomago


- Que mala onda Abril, no puedes dejarlo para mañana?


- No Flavia, pero muchas gracias por la invitación


- Bueno una lastima por ti Abril, pero dime donde podrías llevarme Flavia? - pregunte casi ignorando su presencia


- Uy! tengo un lugar espectacular para conocer, tranquilo, privado, ideal para conversar y beber toda la noche


- Ese lugar me suena perfecto, deja que me cambie y nos encontramos acá, te parece?


- Perfecto, en una hora? 


- Si una hora esta bien - respondí sonriente


- Abril, subes? - le pregunto invitando a que subiera con ella


- Si vamos, nos vemos - pude oír que me dijo, mas no la vi hasta que ya se había marchado.


Pedí que me subieran un cóctel a mi habitación y subí hasta ella, me sentía una vieja amargada buscando actuar por despecho, mil cosas pasaron por mi cabeza, todo lo que perdí por ella, por estar junto a ella, sin embargo sabia que era mi culpa, de haber actuado antes probablemente estaríamos juntas, pero a pesar de todo tenia claro que las cosas están como tienen que estar y punto.


Busque el vestido mas sencillo que encontré, me mire en el espejo y me desconocí, donde estaba esa parte de mi que rebosaba de sensualidad? me quite de inmediato o que me había puesto y me puse lo que traía para ella, el vestido, los zapatos, el colgante a la vista, quise quitármelo, lo intente, era demasiado pronto aún para despojarme de el.


Una hora exacta había pasado y yo recién estaba lista, me apresure con el perfume y me mire por ultima vez en el espejo, no estaba buscando nada, pero si algo se ponía en mi camino lo iba a tomar, estaba segura de eso, pero en el preciso momento que salí al pasillo y me la encontré de golpe fuera de mi puerta, todo aquel muro que estaba construyendo se desmorono antes de terminarlo


- Abril... - dije solo modulando con mis labios mientras ella solo me miraba


- Algo le paso a mi tablet, no me puedo conectar


y ahí estaba de nuevo, por un segundo pensé que... no importa, lo que importaba es que estaba ahí sin defensa alguna tratando de reaccionar, entre y tome el bolso de mi notebook y se lo pase


- Tiene password?


- No esta libre, estoy apurada, disculpa


- Gracias - dijo mirándome mientras cerraba la puerta y ahí fue una vez más que tuve la estúpida sensación de que su mirada me decía mucho más, pero claro fueron solo ideas mías.


- De nada - respondí casi arrancando de su presencia.


Flavia era preciosa y probablemente en otra época de mi vida hubiese sido mi tipo de mujer, pero lastimosamente mi tipo de mujer era un poco más baja, con el cabello semi corto y llena de chochos, si existen las dobles en esta vida, espero que sea mexicana y me la encuentre en esta ciudad.


En mi vida he sufrido tres blackout, este definitivamente era el cuarto. Desperté a las 12 del día con Flavia semi desnuda a mi lado y con un dolor de cabeza que no le doy a nadie, mire a mi al rededor y mi habitación era un escándalo...


- Flavia... - dije moviendola


- Buenos días - respondió sin abrir los ojos y tomándose la cabeza


- Que paso aquí?


- No lo recuerdas? tuvimos sexo desenfrenado toda la noche - y en ese exacto momento mi mirada se congelo - tranquila cariño, ahogamos las penas en alcohol toda la noche, recuerdas? me contaste todas tus tragedias y amores , yo te conté los míos


- La verdad? no me acuerdo ni puta madre


- Ah! claro pero el insulto si lo recuerdas


- algo me acuerdo, tengo una que otra laguna mental



- si claro, lo único que te digo es que después de la noche que paso será imposible que rechaces nuestra propuesta

- Lo sabia esa fue tu intención desde un principio – dije riendo y mi propia risa acentuó mi dolor de cabeza

- Esto se llama estar de cruda bonita, necesito una ducha, será que la puedo tomar acá o quieres que me de la caminata de la vergüenza en estas condiciones por el hotel

- Si, fíjate que no me parece tan mala idea

- A pues bien, no me interesa me bañare igual acá

- te dejo ropa sobre la cama, pediré algo para desayunar

- Agua por favor, mucha agua

Flavia entro a bañarse y el mal olor de la habitación me tenia total y completamente mareada, abrí todo lo que pude las ventanas y el sol me dio de golpe en la cara, a pesar de todo, se sentía bien esta mañana, nunca pensé que encontraría una amiga, a pesar de ya tener claro que había perdido un amor.

Flavia llevaba una eternidad bajo el agua y mi estomago rugía, estaba a punto de llamar para saber que pasaba con el desayuno cuando tocaron la puerta, ingenuamente abrí y me di la vuelta para que entraran a dejar el desayuno, ingenuamente…

- Estuvo bueno el carrete - no podía leer su mirada, pero su voz...

- Si - respondí recibiendo el notebook - te pudiste conectar?

- Si, muchas gracias 

- De nada - respondí por cordialidad

- Hayal! me puedes alcanzar la ropa que me dejaste... - grito Flavia desde el baño, alcance la ropa y se la pase a través de la puerta, la mirada inquisitiva de Abril la podría reconocer incluso sin conocerla

- No es que corresponda darte explicaciones, pero no te estés imaginando cosas que no son

- No queda mucho a la imaginación Hayal, gracias de nuevo.

Me dejo con la palabra en la boca y se marcho, pero por más culpabilidad que sentí en el momento, no había hecho nada malo y aunque así hubiese sido, que le debía yo a ella?

Después del desayuno Flavia se marcho y a pesar de lo mucho que conversamos, lo mucho que me quiso convencer de que no tenia por que sentirme así, seguía sintiéndome "vacía".

La tarde avanzo con ella en su habitación y yo en la mía, me sentía una pendeja, una niña pequeña con miedo al rechazo, con miedo a un "vete no te quiero en mi vida" por que el ultimo rechazo me había partido el corazón, uno siguiente probablemente me lo haría polvo, pero aun así saque valor de donde no lo había y actué.

El pasillo a su habitación se me hizo eterno, ni siquiera podía pensar en que le iba a decir "hola" "hola" "hola" con diferentes tonos de voz era lo único que sonaba bien en mi cabeza, llegue a su puerta y golpee temblorosa...

- Hola, puedo pasar? - mire sus ojos rojos y quise correr, la cobardía me tomaba por sorpresa y no quería enfrentar lo que venia

- No - dijo rotundamente con su mano en la puerta

- Podemos hablar?

- No - insistió, yo insistí

- Abril, por favor, podemos hablar, como antes - soltó su mano de la puerta

- como antes? nada sera como antes Hayal, tu deberías saberlo

- Lo tengo claro, pero pareciera que yo fuera la total culpable se eso - reaccione cerrando la puerta mientras entraba

- Y de quien es la culpa?

- No he dicho que no tenga culpas porque las tengo, pero al menos tenia la esperanza de que algo de la amistad que teníamos siguiera ahí

- Amistad? entre nosotras nunca hubo amistad Hayal, yo fui siempre la tonta enamorada y tu nunca me viste

- Fuiste?

- Fui, tu te marchaste, dejaste al supuesto amor de tu vida y no miraste atrás

- Me fui! si! me fui, pero volví por ti!

- Volviste buscando un pasado que no existía, a veces pienso que nunca debiste terminar con ella

- Y cuando te veo tan feliz viviendo tu amor también lo pienso - mi boca decía lo que no quería decir y mi mundo daba vueltas en mi cabeza - Dime una cosa Abril, Alguna vez me quisiste realmente?

- No tienes derecho a preguntar eso - dijo moviéndose al otro lado de la habitación.

- Abril, yo te amo, te amo tanto que a veces siento que voy a enloquecer 

- Se nota tu amor, la escena de esta mañana me lo dejo en claro

- Nada paso! tengo que repetirlo una vez más?

- No importa Hayal, no importa si algo paso o no, de verdad por el tiempo en que nos conocemos solo quiero que seas feliz

- Que me estas diciendo?

- La amo - dijo poniéndose casi en frente de mi - la amo y no tengo duda de eso, yo... yo sentí tanto por ti Hayal

- No quiero oír esto - dije alejándome de ella

- Un día me dijiste que cuando fuese capaz de decirte esto a la cara sin querer besarte le tomarías el peso a mis palabras - grito acercándose a mi

- No Abril!

- Si! Lo siento, quizás en otra época pudimos ser felices, hoy ya es tarde, la amo Hayal, tal vez en un tiempo más podamos retomar la amistad que algún día hubo

Mi corazón... que corazón? ya no sentía nada latir en mi pecho, todo se había detenido, no la quise mirar, no la podía mirar.

- Acabas de decir que nunca hubo una amistad entre nosotras - dije evitando llorar - gracias por la oferta, dicen que el karma es una perra y yo lo estoy viviendo.

Ni siquiera la mire, quien era ella? no era mi Abril, no era la persona que amaba, dicen que lo contrario del amor es odio, cuando lo contrario del amor es el desamor, ni siquiera podía sentir, llegue a mi habitación casi rasguñando las paredes, sentía que me faltaba el aire, parecía que cada órgano de mi cuerpo había dejado de cumplir su función, poco a poco deje de sentir, deje de respirar, si tan solo fuese tan fácil y pudiese dejar de vivir.

A las tres de la madrugada comprendí que una parte de mi se había perdido y me estaba cansando de perder, perdí cuando creí que amaba y volví a perder cuando me di cuenta que mi amor no era para quien pensaba y después de todo lo que me costo entenderlo, de lo que viví para recuperar una pequeña parte de mi, volvía a perderlo todo, incluso mi identidad y aquí me encontraba a miles de kilómetros de mi casa, buscándole sentido a la palabra amor, intentando comprender a aquello que llaman corazón o simplemente entendiendo a la fuerza que el amor es para cobardes que no se atreven a enfrentar la vida solos y yo ya estaba cansada de ser cobarde y arrancar, una vez más aquí estaba buscando volver a la vida, desde cero... la historia de mi vida.



NOTA: A penas salí con vacaciones me puse al día con la escritura, mil perdones, hay trabajos que demandan más tiempo del que uno quisiera, pero ya actualizare las otras... gracias por leer y estoy atenta a sus comentarios y sugerencias.





















Comentarios

  1. Esta continuación está genial!!!

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  2. me hiciste llorar por Hayal, pobresita,y me cayo mal Abril,excelente relato, espero que ya no tardes tanto con la conti, Hayal ya merece ser feliz porfavor,besos

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  3. No es justo con la pobre :'(...genial como siempreee

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  4. Estoy triste por hayal,=( sufro igual que ella, merece y debe encontrar el amor,muy buena historia.

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